Al final fui a verla. La super, mega, película, chuli, de la muerte: Silent Hill.
Varias cosas, la primera: la edad del número de seres que habían acudido a verla, si la sumamos toda, no llegaba a cien. Así que parecía la mamá de todos ellos y ellas.
Depresión.
La segunda: no la entendí.
Debo de ser gilipollas o estar muy mayor. O las dos cosas.
La tercera: los zombies... o monstruos... o bichos... o algo que no se definir muy bien que era, andaban como su bailaran "break dance", y matar no mataban, de hecho ni asustaban, solo andaban como escocidos.
Tampoco lo entendí.
Así que debo seguir en mi línea de gilipollas.
Y la última: ¿Qué hacía el pobre Sean Bean allí?, alias Boromir del "Señor de los Anillos".
Si es buen actor el chico, que hacía allí con una mujer esquizofrénica que no paraba de gritar, y que era la prota, y una hija que era anodina.
Pues no lo se.
De hecho, no creo que lo sepa ni él.
De todas formas para lo que sale, diez minutitos, supongo que grabaría en una tarde y se cogería el avión para Londres.
En fin, y resumiendo, que si has cometido algún tipo de pecado de carácter maligno y malvado y te apetece purgar penas lo mejor es ir a ver ésto, ni purgatorio ni nada.
Ya te digo yo que el Cielo no lo alcanzas, pero que sales purificado, más que si haces submarinismo en una pila bautismal.
Y lo raro es que había gente que salió emocionada; debe de ser porque ellos pillaron el chiste y servidora no. Claro que pedirle a un niño/a de quince años que te lo explicara, era un poco patético.
Por cierto, que no se que voy a hacer éste fin de semana.
Supongo que quedarme por casita y aburrirme un ratito, además como la peli me ha destrozado la existencia...
Nunca veré a los zombies como antes.
Nunca.
Como nota curiosa, he de decir que allá por el final del bodrio, aparecen un conjunto de X enfermeras en un hospital, por supuesto zombies/no-muertas/bichos/bailarinas/cosa rara que llevaban puesto, atención, el modelito "enfermera porno te la como entera" o lo que es lo mismo, niñas de 1.80 con medidas de 90/60/90 y talla 40 pero enfundadas en una 36.
Y a partir de ahí desvarié.
Parpadeé un par de veces, incrédula, y me eché a reír.
A poco me muero.
Ah, sí, llevaban una bolsa o algo así en la cabeza, así que venían sobradamente preparadas, oye.
De usar y tirar.
Jate.
Nota: Éste es Boromir, el chico que salía en Silent Hill mirando a su familia con cara de "por mí que se las lleve al diablo, a mi que dejen ir a ver el fútbol"